El verano es la estación del año en la que nuestros pies más sufren y más posibilidades tienen de padecer dolencias y molestias, dejando de lado las lesiones que pueden provocar los entrenamientos deportivos.
¿Y esto por qué ocurre? Pues bien, en esta época, nuestros pies se someten a unas circunstancias muy diferentes al resto del año, las que vamos a comentar a continuación, y veremos cómo poder prevenir estas dolencias en nuestros pies y como podemos cuidarlos!
En verano, nuestros pies están soportando temperaturas mucho más altas a las que están acostumbrados, y esto influye en ellos. Además, en esta estación del año, aprovechamos para andar descalzos por la playa, bañarnos en cualquier rio, piscina, etc. Además, solemos andar con un calzado mucho más ligero como pueden ser chanclas y sandalias, y todo esto perjudica y mucho a nuestros pies.
Una de las dolencias que más se producen en verano en nuestros pies son los hongos y grietas. Éstos se producen ya que mojamos más nuestros pies, pero no los secamos bien en muchas ocasiones.
Además de la humedad y del calor, el hecho de utilizar chanclas de baño perjudica a nuestros pies, ya que no es un calzado cómodo para ellos. Hay que procurar utilizar siempre un calzado adecuado, y tan sólo utilizar estas chanclas cuando sea necesario y estemos en cualquier piscina o sitio que realmente las necesitemos.
El uso del calzado adecuado es muy importante y por ello ya lo hemos nombrado en varias publicaciones. Hay que utilizar siempre un calzado que esté sujeto al pie, sea cómodo y flexible.
Vamos a ver unos consejos para poder cuidar nuestros pies en verano:
– No ir descalzo en lugares públicos y húmedos, como podría ser una piscina. Es recomendable utilizar chanclas de baño para no coger ningún tipo de hongo.
– Secar muy bien los pies después de cualquier baño. De esta forma, evitaremos que aparezcan hongos, verrugas en la planta de nuestro pie o grietas en ellos.
– Utilizar chanclas de baño tan sólo en las piscinas, ya que el pie no va sujeto y esto les perjudica mucho.
– Comprar el calzado a última hora de la tarde, de esta forma nuestro pie ya estará completamente dilatado y acertaremos con la talla para cualquier calzado que utilicemos en verano.
– Hidratar todos los días nuestros pies. Podemos para ello utilizar cremas hidratantes, y deberemos prestar especial atención en medio de los dedos, para que no aumente la maceración.
Si vemos que en nuestros pies aparecen callos, durezas, o las uñas se nos empiezan a poner amarillas o engrosadas, tendremos que acudir a un profesional, en este caso a un podólogo, para que nos haga un diagnóstico y nos pueda prescribir un tratamiento adecuado, antes de que vaya a más.
Ya sabes, podrás disfrutar del verano, de la playa, la piscina, tus paseos y de todas las ventajas que tenemos en esta época, pero siempre usar todas las precauciones posibles para que los pies no sufran!!