Como ya hemos hablado en un par de ocasiones, el calzado que llevemos en nuestro día a día puede influir mucho en la fascitis plantar.
Una de las causas más tradicionales para que aparezca una fascitis plantar en nuestros pies es utilizar un mal calzado, o también puede agravar la lesión.
Es muy importante seguir una serie de consejos para que esto no afecte a nuestro pie.
¿Qué calzado debemos utilizar para recuperarnos de una fascitis plantar?
Estas son las características que debería tener el calzado que utilicemos cuando estemos padeciendo una fascitis plantar en alguno de nuestros pies:
Un calzado adecuado para el arco de nuestro pie. Normalmente existen 3 tipos, uno alto, otro medio y otro bajo, este último para los pies planos.
La suela debe de ser flexible, con la dirección hacia la punta, así facilitaremos el movimiento natural de los dedos cuando caminemos, y tendremos un apoyo firme que ayudará a nuestra lesión.
Es preferible evitar cualquier calzado que lleve tacón, ya que esto afectará muy negativamente a nuestra fascitis plantar, ya que aumentará nuestro dolor, por lo que desde aquí recomendamos el zapato plano.
Si eres un deportista, es preferible que utilices una zapatilla que tenga control de estabilidad. Esto ayudará a nuestra pronación y hará que no nos afecte a la fascitis plantar.
Un truco para ver como apoyamos el pie es ver nuestro calzado desgastado. Si lo analizamos, veremos que nuestro pie apoya donde está más desgastada la suela, lo que nos podrá ayudar a elegir un buen calzado en el futuro.
¿Y en verano, que calzado debería utilizar?
Uno de los errores que solemos cometer muy a menudo es descuidar nuestro calzado en verano. En esta época solemos ponernos sandalias, y estas no ofrecen apenas sujeción al pie, por lo que nos suelen provocar problemas. Las podemos llevar durante cortos periodos de tiempo, pero no todo el día, ni andar ni realizar muchas actividades con ellas.
Una de las cosas más importantes a la hora de elegir que calzado llevar es, fundamentalmente, que el calzado nos soporte bien el talón, y esto no ocurre con las sandalias y chancletas.
Además de no sujetarnos bien el pie, también llevan unas suelas muy finas, por lo que hay que tener mucho cuidado también con la suela que llevamos en el calzado.
Si la suela es demasiado fina, ésta afectará en gran medida a nuestra fascitis plantar, ya que no ofrecen apenas amortiguación, y por eso pueden aparecer traumatismos e inflamaciones en nuestros pies.
Una mala elección en nuestro calzado puede originarnos, aparte de fascitis plantar, una anomalía del pie al caminar, por lo que el cuerpo las intenta compensar, y adoptamos posiciones inadecuadas que perjudicarán a nuestra salud en un futuro.
Los zapatos que mejor nos van a venir siempre van a ser los que mejor sujeción nos dé a nuestro pie, por lo tanto serán los acordonados. También es importante que transpire el pie, para mantener la temperatura de nuestro pie siempre en un perfecto equilibrio.